LinkExchange Member Free Home Pages at GeoCities


tamaño familiar

por: Alejandro Bárcena

- Lárgate a la chingada hijo de tu pink floyd. - Y agarrándolo de la playera lo aventé contra la puerta. El Saguayo se dio la vuelta y se fue.

- Que poca madre, porque lo corriste asi, se iba a quitar el pantalón pa' dormirse.-

- Pues que se lo quite pero que no esté meando la gabacha.-

- No mames, la meó.-

- ¿Dónde esta el Hino?-

- Esta en baño, guacareando.-

- ¿Quién esta con él?-

- El Aguillón.-

- No manches el Aguillón se fue a checar con la Apestosa.- corrí al baño- Cabrones, vengan se esta ahogando.- Llegaron el Fucken y el Chololo y me ayudaron a sacarle la cabeza del escusado.

- Huevo, tu sabes primeros auxilios ¿no? revive a este güey.-

- Ni madres.-

- De volada, que se pone tieso.-

- Pues sientate.-

- No seas pendejo, que se nos va.-

- Pues agarralo.-

- ¡A la chingada! Lárguense a la....-

- Uy, uyuy, que baile, que baile.- y le solté un trancazo al huevo.

- Te pasas de veras.-

- Ya, vamos a ponerle.-

- ¿A quién?

- Ya lárguense.-

- Ahí te dejamos al ahogado.-

- Que ching..., llévenselo.-

- A, pues que buena fiesta, eh.- Por fin se fueron, me voy a echar una jeta ahí cuando me levante me dará un baño, que buena falta me hace.

Cuando fui a apagar el boiler, todavía se alcanzaba a ver el vapor que salía del baño. En lo que me secaba la mata, me senté frente a la ventana. -¡No chingues! ¿Cómo se atreve a ponerse biquini si esta mas arrugada que la playera que estoy pisando? Si, esta buena lo admito, pero ya pasa de los cuarenta. Esa otra, ¿Traerá salvavidas o serán las lonjas? Mhh, ese güey, como que se siente una mezcla de Tomas Cruz y Schwarsanegra (o como se llame). Hazme el favor: con lentes oscuros a estas horas, hombliguerita sin mangas y esos shortcillos... ¡Ah, no mames! Le están jugando sucio. ¡Pinche puto!- Bueno ya estuvo de hacerle a la Chapoy con los turistas, mejor me visto y a ver a donde me lanzo.

¿Dónde estarán mis calzones? ¿Debajo de la cama? No, ya me puse el último; bueno ni pedo, los de ayer. Me puse el pantalón de mezclilla de siempre. Buceé entre los alteros de ropa hasta que encontré una playera que no oliera tan mal. ¿Mis botas, mis botas, MIS BOTAS? Pateé la ropa que estaba en el piso, busque en el closet y en el baño. Luego sacudí las sábanas de la cama y voló una de ellas. Bah, ya me harté de buscar, deja trago algo. Traté de llegar de un salto al refrigerador, para no pisar los restos de pizza de anteayer, y me metí un madrazo porque caí sobre una guácara y me resbalé. Bueno, hay que verle el lado positivo, la otra bota estaba debajo del fregadero, ya tengo el par. Abrí el refri y sólo había tres cheves. ¿De dónde habrán salido? Ah, que chistoso, ya no me quiero ni acordar, pinches batos, bueno cheves venganche. Levante mi macharra de cuero, tuve que desperdiciar un trago de la viela para quitarle la mancha de mostaza de la manga, pero bueno, metí las otras dos en las bolsas y saque los guantes.

Trepado en mi "chopper" llegué a una tiendilla a comprar tabacos. No manches el ruco de la tienda esta igualito al jorobado de Notredame, todo cheposo, enano y con una jeta que hubiera traumado al que hizo el Exorcista. Y todavía quería que le explicara porque fumo, y luego que por que cigarros tan fuertes. ¡Chinga'o que nadie fuma "Camel" en este pinche pueblo, a la gaver! Destapé la segunda, pal susto que me sacó Cuasimodo y me fui a dar un rol por los antros que frecuento, pero nel no me laten, hoy no me laten. Seguí por el malecón hasta que... UUHHH, ¡Chiquitita! Es un monumento al sexo débil, de estas viejas no te encuentras dos en toda tu fucking life. La tengo que conocer.

Me metí en un Disco - Bar pa' fresas, el bato de la entrada no me quería dejar entrar, que puro socio, pero me inscribí con uno de a cincuenta y con la promesa de dejarlo que se diera un rol en mi "helicóptero". La traté de buscar pero esa madre estaba hasta el sope. Llegó un marisco con playera del lugar y me ofreció una mesa. Ordené un pomo de tequila y enseguida el pulmoncito me lo trajo. Empecé a checar las pieles del lugar, estaban chidas pero no como ella. Cuando le di el primer trago a la botella, se acercó una lepe, muy chula pero:

- ¿Qué ondaaaaa? ¿Cómo te llamassss?- yo preferí darle otro trago que contestarle. Ella sentándose enfrente insistió, - No eres de aquí. ¿Verdaaaddd? - me empecé a quitar los guantes y le dije:

- Si soy de aquí pero no frecuento estas... -

- Están de pelos. ¿Son originaleeess?- dijo mientras tomaba uno de mis guantes. Yo, preferí darle otro trago.

- Bueno, va a haber una fiesta en casa de Juanpis, ¿no vas?- La voltee a ver tan encabronado que yo creo le dio miedo, pues se paró y se fue. Que bueno, pinche niñita fresa.

Yo seguía tratando de encontrar a esta mona, y vi algo que se me hizo lo mas ridículo que jamás halla visto. La pista estaba atascada de lepes en filas y todos bailando igualito. ¡No mameyes en tiempos de melones! Y no conformes con eso, dan vueltas. ¿Qué pedo? Cuando terminé de reír apareció frente a mi una ruca con una minifalda negra que dejaba ver un hermoso par de piernas, aparte de echar a andar tu imaginación y un escote que ponía al descubierto, al ojo de buen cubero, una talla E o F, no sabía que había tan grandes. Creo que pretendía sentarse, así que para evitarla me quité la chamarra y la puse en la silla. Bueno, pues fuga.

Le di otro trago al tequila y en eso me topé con esos ojos azules. Estaba ahí sentada, aburrida. Con un vestido de tela delgada que se le aferraba al cuerpo. ¿Qué espero? En eso el mastodonte que estaba por un lado de ella se paró y se metió al baño. Prendí un garro, agarré el pomo y caminé derechito a ella, sin importarme si algún fresilla se cruzaba por mi camino. De repente, un lepe me jaló de la mata y me tiró, en otras circunstancias me le hubiera dejado ir, pero, no podía hacer pedo, ella estaba a unos cuantos pasos. Me puse de pie y seguí caminando. El puto todavía me jaló de un hombro y me volteó.

- Bájale de wafles, que se te amarilla el pan, hijo de tu puta madre.- Le grité y seguí caminando.

- No seas yo-yo, o que, ¿tienes miedo?, ¿qué no eres tu el renegado?- Ya no me pude contener y le reventé el pomo en el hocico.

Seguí caminando. Me paré frente a ella, le di un buen trago al Absolut de su mesa y un toque al cigarro. Ella me volteó a ver a los ojos. Aventé la colilla. Se paró.

- Hola, eres el de la moto ¿verdad?- dijo en un tono tembloroso. Yo estaba que me cargaba el payaso, pero, me vio solo un instante, me reconoció, se acuerda de mí.

- Si, ¿donde estabas? me metí aquí a buscarte pero... -

- Siento como si nos conociéramos de siempre.-

- Yo también pero... - ¿Qué le digo? Piensa, piensa, PIENSA con una de aquellas. ¿Cómo iba la mamada esa que tuve que decir en secundaria? "Pues bien, yo necesito decirte que te quiero, decirte que te adoro con todo el corazón, que es mucho lo que sufro, que es mucho lo que lloro y que al grito que te imploro..." Ay no más, hasta me escurrió miel de las axilas, ni en las novelas de telerrisa dicen tanta jalada. No, como iba la del Tavo Becquer: "Por una mirada un mundo, por una sonrisa un cielo, por un beso, yo no se que te diera por un beso", pues yo si le daba unas doscientas lanas, ¡au! creo que nelson. ¿Cómo les decía el Draker? "¿Vas a Querétaro por que se va Acambaro? ¿Jalas o te pandeas, estiras o te arrugas?" No, chance y se espanta, cerciana, ya se: -es que, "tu a mi me gustas, y podría ser tonto o demasiado pronto para platicar, pero podría ocurrir que si me cayo se termine el año y aún no empiece a hablar. Quiero ver que pasa con nosotros, que es lo que sientes con respecto a mi, qué le dirías a este despreocupado, si anda interesado en sentirse feliz. ¿Qué me dirías si aquí te pongo un beso y aburrido de eso te pongo otros mil?"-

- Salgamos de aquí, no tarda en llegar Marco.- Me interrumpió, pero ni chance de replicar. Me tomó de la mano y corrimos a la salida. En el camino se me atravesó una de champaña y pues venga a nuestro reino y la guarde en la alforja izquierda, que por lo general la hacía de hielera.

Nos trepamos a la Harley, y ya estabamos paseando por la ciudad. ¿Qué hago? Ni modo de llevarla a mi casa, esta un poquito tirada, aparte de que es poco romántico. Ella me abrazó con mas fuerza. Yo empecé a acariciarle la pierna. Me besó la oreja y apretó sus senos firmes contra mi espalda. Comencé a escuchar su respiración con más fuerza cada vez. Pegué un brinco cuando sentí su mano desabrochándome el pantalón. ¡Eso es!

- Conozco una playa virgen a quince minutos de aquí. ¿Vamos?- Ella respondió desfajándome, y acariciándome el pecho y abdomen. Con cada roce yo sentía menos la noche.

Por fin llegamos, ella corrió hacia el mar. Yo saqué la botella, corrí junto a ella y le propuse un brindis. Ella me abrazó. Ella dejó caer la botella, me besó y me jaló para dentro del mar. Ella me abrazó con brazos y piernas. Yo la empecé a desnudar, ella hizo lo mismo conmigo. Nuestras miradas estuvieron entrelazadas durante todo el coito. Justo a la hora de llegar al orgasmo, ella me abrazó con más fuerza y me dijo al oído:

- Me llamo Alda.- A la hora que le iba a decir como me llamaba, me entro agua en la boca. Cerré los ojos.

Cuando los abrí, descubrí que no había sido agua, sino una mezcla de lágrimas y sudor. Me encontraba en el bar sentado junto a mi ropa. Alda estaba sentada del otro lado del bar, besándose con un tipo.


Regresar a la página principal

Contáctame en: [email protected]

Eres el lector # de este cuento. ¡Gracias!


This page hosted by GeoCities Get your own Free Home Page